Este bizcocho es una mezcla de mantecado de Avilés y plum cake. Es súper rico y si vais de invitados, lo podéis llevar envuelto en plástico transparente, como en las pastelerías. Un lacito rojo y quedareis como auténticos pasteleros.
Ingredientes.
Cuatro huevos a temperatura ambiente (muy importante). El peso de los huevos en harina, El peso de los huevos en azúcar. El peso de los huevos en mantequilla. Medio sobre de levadura,
interior: 50g de pasas sin pepita. 75 g de pepitas de chocolate. 75 g de frutas confitadas, nosotros pusimos calabazote verde, cerezas, naranja, pera y manzana. Cuatro nueces. El único truco que tiene este bizcocho es que hay que poner la mantequilla en un cazo y hervir despacio durante unos diez minutos. La colamos y la dejamos templar hasta que la usemos. En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que tripliquen su volumen y adquieran un color blanquecino. Añadimos la mantequilla a la mezcla anterior y mezclamos. Añadimos la levadura a la harina y las añadimos tamizadas a a la preparación anterior anterior. Y ya tenemos el bizcocho Precalentamos el horno a 180 grados y mientras tanto vamos añadiendo a la masa los demás ingredientes mencionados en la receta. Podéis poner los trozos más grandes o más pequeños, según os apetezca y también podéis añadir pistachos, avellanas… a gusto del consumidor. Nosotros le dimos nuestro toque particular macerando las pasas en tres cucharadas de Pedro Ximenez y también pusimos una cucharita de postre de vainilla liquida. Este bizcocho/plum es absolutamente delicioso para desayunar y para tomar con café o chocolate. Ahora que viene el frío es un pequeño lujo para permitirse de vez en cuando.
Y como dijo algún sabio Felicidad es saber que hay un pastel en el horno.
Hay muchas tartas de chocolate, pero como esta ninguna. Es esponjosa, suave y no lleva harina de trigo ni mantequilla. Hemos encontrado la receta en un libro de repostería francesa y, si bien al principio teníamos nuestras dudas, no nos defraudó en absoluto. ¡Tout au contraire! Es una tarta súper deliciosa. Ingredientes: 200 de calabacín rallado. 200 g de chocolate del 70%. 3 huevos. 80g de azúcar. 30 g de maicena. Una cucharadita de extracto de vainilla. Un cuarto de sobre de levadura. Pera o frambuesas o helado de vainilla para acompañar. A ello: Batimos las tres yemas con el azúcar. Fundimos el chocolate y reservamos tres cucharadas . Añadimos el calabacín rallado y el chocolate y revolvemos bien. Ponemos la maicena y una cuarta parte de un sobre de levadura a la masa anterior y montamos las claras a punto de nieve. Las añadimos muy, muy despacio a la masa para que quede esponjosa y ¡¡¡Voila!!!. Metemos en el horno precalentado a 180 grados durante una media hora. Pinchamos y si vemos que está un poco blanda dejamos cinco minutos más. Dejamos que enfríe, desmoldamos y repartimos por encima el chocolate que habíamos reservado (si endureció, lo volvemos a fundir). Y ya tenéis la tarta lista. La podéis adornar con pera, frambuesas frescas o en mermelada y, si os apetece, servir con helado de vainilla. Eso ya lo dejamos a vuestra elección. A disfrutarrrrrrrrrrrr.
Y como dice la autora y pintora Linda Grayson:
“No hay nada mejor que un amigo, salvo que sea un amigo que te invite a chocolate”
Estamos en época de frutos rojos y hay que aprovecharlos. Si además participamos en un concurso y quedamos segundos, hay que festejarlo. Queremos compartir esta receta que tantas satisfacciones nos ha dado. Esta tarta es ideal para el verano porque se sirve fría y gusta a todo el mundo por su mezcla de sabores suaves y refrescantes. Ingredientes: Bizcochos de soletilla blandos (500g). Medio litro de leche entera. 40 g de maizena. 300 g de frambuesas. 230 g de azúcar. 100 g de agua. Cuatro hojas de gelatina. Cuatro yemas. Un lazo de un metro del color que más os guste. Unas hojitas de menta. 200 de arándanos, frambuesas y grosellas para adornar.
Forramos un molde redondo grande con los bizcochos de soletilla en el fondo y alrededor del molde, teniendo especial cuidado para que queden bien sujetos. Hacemos una crema pastelera de la siguiente forma:
Ponemos 400ml de leche con 100 g de azúcar y un poco de canela/ vainilla/ cáscara de limón (todo opcional) en un cazo. Aparte desleímos en 100cl de leche, 30 g de azúcar ,40 de maizena y tres yemas en un bol. Ponemos al fuego suave el contenido del cazo y cuando empiece a calentar añadimos poco a poco el contenido del bol y removemos con las varillas poniendo especial cuidado en que no se pegue al fondo. Cuando vemos que ya está espesa la mezcla, la retiramos. Ya tenemos una crema pastelera muy rica y muy suave y con el punto justo de azúcar.
Dejamos 4 hojas de gelatina en abundante agua fría durante siete minutos. En otro cazo ponemos las frambuesas con 100g de azúcar, ponemos al fuego y dejamos que se mezclen bien. Una buena idea es pasar la batidora para que queda más fino el puré. Cuando este lista la gelatina, la añadimos a la mezcla caliente para que se deshaga bien. Reservamos hasta que quede tibia.
Atención! Para montar la tarta hay que esperar a que enfríen los ingredientes. Tanto la crema pastelera como la mermelada tienen que estar fríos. Procedemos a preparar la tarta: vertemos sobre la capa de bizcochos del molde la crema pastelera que hemos hecho, ponemos una capa de bizcochos de soletilla, añadimos otra capa de mermelada de frambuesa y repetimos la operación con los bizcochos. Si os sobró crema pastelera y queréis añadir otra capa, perfecto. Si la dejaís toda la noche en la nevera mejor que mejor. Antes de servir colocáis en la parte de arriba los frutos rojos que más os gusten y adornáis con unas hojitas de menta. Y ¿ el lazo rojo? Para que quede más bonito y no se nos caiga ningún bizcocho, podemos poner un lazo del color que más nos guste. Postre rico, con frutas de proximidad y coqueto. ¡¡¡ A disfrutar!!!
Esta semana celebramos el VII certamen de frutos rojos en Villaviciosa. Una estupenda ocasión para recordar lo sanos que son y las múltiples propiedades que tienen para nuestro organismo. Si los consumimos habitualmente hacemos un gran favor al comercio local o de proximidad y cuidamos nuestra salud. Aquí tenéis algunas recetas simples y variadas para sacar todo el partido posible a los arándanos, moras, grosellas, fresas y frambuesas. Ya sea en desayunos, picoteos, postres o brunches, los frutos rojos son una opción excelente que protegerán nuestro cuerpo con sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Tenemos que decir que todos los ingredientes (menos los mangos y las cerezas) son asturianos; el yogur ecológico es de los Caserinos, los frutos rojos son de la plantación el Llano en Fuentes, el pan es de Pušáki y las fresas y la mermelada de ruibarbo son de la huerta El Triangulo en Quintueles. Las naranjas y limones son de nuestros árboles. El próximo año esperamos que las plantaciones de aguacates que hay en diversos puntos de Asturias puedan ya estar a disposición de todos los asturianos. Preparamos un mantel coqueto y disponemos todo lo que necesitamos; con los ojos también se come y es importante cuidar los detalles y encontrar color en los platos. Aquí os presentamos distintas opciones
1 Desayuno/merienda básico: a) Ponemos en un plato pequeño fresas, arándanos y moras. Añadimos un cuenco de nueces, que son cardiosaludables y una fuente excelente de Omega Tres. Para los que no quieren prescindir del pan, tenemos pan de centeno integral al que le podemos añadir mermelada de ruibarbo con jengibre o mermelada de piescos de L’Ayerán. Para hidratarnos bien, ponemos una naranja y un limón en una jarra de agua y llenamos hasta los topes. Si echáis en falta algo de dulzor podéis añadir un poco de miel. Rico, refrescante y muy bueno para desintoxicar el cuerpo.
b) Esta opción es muy parecida a la anterior, pero sustituimos la mermelada de ruibarbo por la de piescos y añadimos más moras y cerezas.
2 Desayuno con mucha fruta:
Ponemos en la mesa una cesta con frutas variadas y una macedonia con moras, kiwis y mango. Nos tomamos un buen zumo de naranja recién hecho o de arándanos (se pueden mezclar y está delicioso) y hacemos con una rebanada de pan de centeno una tostada con mermelada de piescos. Para que sea más contundente, añadimos a nuestro fiambre favorito (en este caso es pavo con pistachos y trufas) unas rodajas de aguacate con nueces aliñada con nuestro aceite de oliva favorito.
3 Mini brunch:
Para beber, zumo de arándanos del Llano, que es súper depurativo y está riquísimo. Para comer, ponemos en un plato una loncha de pan de centeno untada con aguacate y adornada con unas nueces y unas lonchas de jamón serrano. Añadimos un cuenco con cerezas, otro con copos de espelta integrales sin azúcar y un plátano y terminamos con un batido de mango y yogur griego adornado con arándanos y manzana (la receta está en www.ricoyfresco.com)
4 Brunch especial: Si un domingo queréis hacer un brunch en condiciones, esta opción es muy sana y muy completa. Ponemos en un plato un huevo a la plancha, una rebanada de plan de centeno integral y unas rodajas de tomate y aguacate. Además de nuestra cesta variada con manzanas, kiwis, albaricoques y plátanos, ponemos unos arándanos, cerezas y moras en un cuenco. Para tener nuestra porción de proteína, añadimos una lonchas de jamón serrano aliñadas con aceite de oliva. Otro cuenco con nueces y pistachos será el broche a este desayuno. Nos hidratamos con agua de cítricos. Con este brunch tenéis el buen comienzo del día asegurado.
5 Picoteo playero:
Venimos de la playa cansados y hambrientos pero… no queremos comer demasiado porque nos apetece salir a cenar. Este es un tentempié muy rico y os ofrecemos dos variedades. Para beber tenemos zumo de arándanos o agua de cítricos. Si nos apetece un poco de yogur ecológico sin azúcar, tenemos el Bio Caserinos al que le podemos añadir arándanos, fresas o moras. Simplemente delicioso. Si queréis comer un poco de pan con mermelada y nueces para no desfallecer hasta la cena, perfecto, pero si os apetece un poco de golosina, hemos hecho un pudding con pan duro del día anterior, leche, huevos y arándanos. Hemos puesto un poco de panela para que no esté muy dulce y le hemos añadido frambuesas para decorar.
6 Merienda para niños /adultos golosos: ¿A que niño no le apetece para merendar este plato llenos de sabores intensos? Hacemos unos frixuelos o tortitas de queso (ver recetas en nuestro blog www.ricoyfresco.com) añadimos unas bolas de vainilla o el sabor que más nos guste, añadimos mango, arándanos y grosellas y para darle un toque hacemos una crema con queso y fresas y la ponemos con las tortitas. Os aseguramos que esta merienda es súper sana y que gustará a todos los niños. Solo con verla, ya apetece comerlo.
Recetas con frutos rojos.
En nuestro blog www.ricoyfresco.com tenéis las siguientes recetas con frutos rojos en el apartado postres: 1.Cheesecake de cerezas ideal para cualquier celebración. 2.Tarta de frambuesa y avellana. 3.Tarta Diana (tarta de queso adornada con frutos rojos), 4.Tarta de arándanos a la italiana. Inspirada en el Tiramisú tradicional.
Estas galletas son perfectas para cualquier ocasión, son sabrosas, nutritivas y originales. Si queréis tener un detalle con alguien, en vez de comprar unas pastas, podéis hacerlas vosotros mismos. Quedaréis muy bien y no estaréis mucho tiempo en la cocina. Os aseguramos que no defraudarán. Especiales para los amantes de los frutos secos
Receta para veinte galletas 200 g de avellanas. 3 claras de huevo (mejor comprarlas liquidas para no desperdiciar las yemas). 15 nueces. 5 cucharadas de azúcar. 2 cucharadas de pasas sultanas.
Dificultad cero y tiempo de preparación quince minutos. ¿Os animáis?
Ponemos las avellanas en la batidora y las picamos teniendo cuidado que no queden muy finas. La gracia de estas galletas es encontrar trocitos de avellana, no que queden totalmente molidas. Batimos las tres claras a punto de nieve y las mezclamos con las avellanas. Mezclamos bien y añadimos el azúcar. Tendremos entonces una pasta muy ligera, que haría una galletas muy finas. Como la intención es hacer galletas consistentes y con trocitos, añadimos quince nueces, recién peladas y molidas gruesas y dos cucharadas de sultanas. Con ayuda de dos cucharas hacemos unas bolitas y las metemos en el horno previamente calentado a 180ºC. En quince minutos ya tendremos las galletas. Y que bien huelen… Si os da pereza moler las avellanas o pelas las nueces, siempre tenéis la posibilidad de comparalas ya molidas, simplifica el tiempo y lo hacéis en cinco minutos, pero el resultado no es tan casero ni en la textura ni en el sabor. Este dulce es apto para celíacos e intolerantes a la lactosa ya que no lleva ni lacteos ni harina.¡¡¡ A disfrutar!!!
Y como decía Salman Rushdie:
«En la galleta de la vida, los amigos son las chispas de chocolate».
Este postre es una mezcla de tarta y de flan. Al hacerlo, la parte de arriba queda como un flan y la de abajo como un bizcocho. La mezcla es original y si lo acompañáis con una bola de helado de chocolate, el resultado es espectacular. Como no lleva levadura, no tenéis ningún peligro de que no suba o quede raro, por consiguiente siempre es una buena opción cuando hay invitados o gente golosa alrededor. Además es el postre del tres, fácil de hacer y fácil de recordar. A ello.
Ingrediente para seis personas: Tres tazas de leche desnatada o entera (o si queréis sin lactosa) Tres huevos frescos Tres tazas de avellanas molidas Tres tazas de azúcar.
Y eso es todo. Mezcláis todos los ingredientes y metéis en el horno previamente calentado a 180ºC y al baño María. Después de una media hora, retiráis y dejáis enfriar en el molde. Nuestros trucos: si lo hacéis la noche antes y guardáis en la nevera en su molde y tapado con un plástico, estará mucho más sabroso. El reposo le viene bien. Otro toque es decorar el flan con un poco de mermelada de frambuesa disuelta con vuestro licor favorito para que tenga brillo extra.
Y si vais a comprar avellanas, recordar el refrán castellano:
“Las avellanas vanas, hacen más ruido que las sanas.”
Esta crema de higos es deliciosa a la par que rápida de hacer y muy versátil:se puede tomar con yogur, con queso fresco, utilizar de relleno para bizcochos o comer como postre, añadiéndole una bola de helado o unas nueces. No se tarda nada en hacer y está llena de propiedades; tiene mucha fibra, calcio y aporta mucha energía. Solo tiene un inconveniente: los higos son una fruta muy de temporada y delicada. Así que si os gusta la idea podéis hacer acopio de higos estos días y congelar para el invierno.
Ingredientes:
Un kilo de higos
Dos limones
Media copita de Pedro Ximénez
Canela en rama para adornar (opcional)
Anís estrellado para adornar (opcional)
Medio vaso de agua
Una nuez por cada vasito.
Se lavan bien los higos y se les quita el rabito y la parte de abajo. Los ponemos en un cazo a fuego medio con el zumo de los limones y el Pedro Ximénez hasta que se deshagan (unos veinte minutos). Añadimos el agua y después de un rato pasamos la batidora. Y ya está. La servimos en vasitos junto a la nuez en trocitos. Sugerencia de presentación: en la foto hemos puesto la crema con yogur griego bien batido y la hemos tomado como desayuno, bien fría, junto con una tosta con jamón y un zumo de mango. No solamente es un alimento sano; si os gustan los sabores dulces, pero sin una gota de azúcar, esta crema os encantará.
Hemos estado en un restaurante hindú y nos han dado de postre un lassie de mango. Como nos ha parecido una bebida/postre de los más reconfortante para el calor y lo mismo sirve de desayuno que de merienda, hemos preparado nuestra particular versión, con nuestro toque especial, claro. Si sois amantes de la fruta fresca y de los smoothies, no os defraudará. Ingredientes para dos personas (abundante).
Un mando maduro
250 g de yogur griego
250ml.de leche de arroz (o leche normal)
Dos o tres semillas de cardamomo
Una cucharadita de cúrcuma
Dos kiwis
Semillas de calabaza (opcional).
La receta es muy sencilla: solo hay que pelar el mango y quitarle la semilla poner los ingredientes (excepto los kiwis y la cúrcuma) poco a poco en una batidora americana. Si no la tenéis, vale también una batidora normal, aunque hay que batir más tiempo para que queden bien mezclados todos los ingredientes. El kiwi se pone en trocitos en el fondo de cada vaso, y la cúrcuma se espolvorea por encima antes de servir; le da un sabor muy rico y un color amarillo de lo más apetecible. Sugerencia: podéis ponerle por encima unas pocas semillas de calabaza si os apetece. A disfrutarrrrrrrr.
¿Qué pasa cuando de repente te
invitan a cenar y te dicen que si llevas el postre? ¿Que haces
cuando quieres llevar algo casero y no hay tiempo para experimentos?
Pues esta tarta Tatin da el pego y permite hacer algo rico en un pis
pas. Todos sabemos que la masa brie no es muy pesada de hacer, al
contrario del hojaldre que es muy laborioso, pero cuando el tiempo
apremia, pues tiramos de la ayuda exterior.
Procedemos:
Pelamos y cortamos las manzanas en
cuartos. En una sartén o cazuela de unos 24 cm y que podamos llevar
al horno, hacemos un caramelo suave con el azúcar y la mantequilla
hasta que se vuelva marrón claro. Añadimos la manzana y cocemos
todo 20 minutos a fuego suave. Dejamos reposar media hora hasta que
se enfríe. En ese tiempo podemos pasar la aspiradora, tender la ropa
y hasta fregotear en la cocina.
Pasado ese tiempo extendemos la masa de
hojaldre, recortamos un círculo un poco mayor que la cazuela y lo
pinchamos con un tenedor para que no suba. La ponemos sobre las
manzanas y remetemos los bordes. Cocemos unos 25 minutos,en el horno
previamente precalentado hasta que veamos el hojaldre dorado.
Dejamos templar y le damos la vuelta a
la tarta en una bandeja antes de servir.
Y tachín, aquí tenemos nuestra particular versión de la tarta Tatin.
Para los que no sabéis la historia de la tarta Tatin, ahí va:
La célebre tarta Tatin es el resultado de que las hermanas de este nombre, que regentaban un restaurante de cazadores, se olvidaron de poner la masa en la tarta de manzana que horneaban: sólo habían puesto en el molde las manzanas y el azúcar. Así que decidieron colocarla encima y tenerla un rato más en el horno: el improvisado arreglo fue un éxito.
Hemos sacado esta receta de una revista italiana que compramos hace dos años. La revista está llena de platos exquisitos que esperamos ir probando poco a poco. Ahora que la hemos sacado del armario no vamos a poder parar… Para empezar aquí va la tarta de ciruelas rojas o si queréis decir el nombre original: torta morbida di prugne e mandorle.
Ingredientes para seis/ ocho personas:
250 g de harina.
Medio kilo de ciruelas rojas que no estén demasiado maduras.
Tres huevos.
150 g de azúcar.
100 ml de leche.
40 g de almendras fileteadas.
100 g de mantequilla.
La ralladura de un limón.
Una bolsita de levadura.
Dos cucharadas de azúcar morena.
Una cucharadita de vainilla liquida(podéis poner azúcar avainillada o nada, como decidáis).
Primero, hemos de decir que es muy importante que la mantequilla se derrita por sus propios medios, así que en cuanto tengamos pensado hacer la tarta, la sacamos de la nevera para que se vaya deshaciendo. Lavamos las ciruelas, les quitamos la pepita y las cortamos en trocitos a la larga. Ponemos los tres huevos con el azúcar y batimos con unas varillas o un robot hasta que los montemos, añadimos la harina tamizada con la levadura y a continuación ponemos la mantequilla blanda o ya derretida y la leche. Aromatizamos con una cucharadita de vainilla liquida y la ralladura de limón. Mezclamos todo bien con la espátula con movimientos envolventes. Una vez que tenemos la masa en un molde redondo, ponemos las ciruelas en forma circular de manera que llenen toda la masa. Echamos por encima las almendras laminadas y espolvoreamos con el azúcar de caña. Lo metemos en el horno previamente encendido a 180 grados durante una media hora o un poco más. El resultado es un bizcocho súper suave con un contraste perfecto con las ciruelas. Nosotros además lo servimos con un puré fino que hicimos con ciruelas muy maduras y un poco de manzana Prometemos que si lo probáis, repetiréis.
Y la frase de la semana es un haiku de uno de los mejores poetas japoneses:
“El halo de la luna. ¿No es el perfume de la flor del ciruelo que subió hasta allá?”